Y yo me quedé en mitad de la calle, enamorado hasta el último rincón de mi corazón, viendo alejarse a aquella niña semejante a un ángel rubio e ignorando, pobre de mí, que acababa de conocer a mi más dulce, peligrosa y mortal enemiga.
Las aventuras del Capitán Alatriste. Pérez Reverte
No hay comentarios:
Publicar un comentario